En verano sube el termómetro y es muy normal que aumente nuestra sensación de calor y de sed. Las altas temperaturas son normales en esta época del año. Fácilmente en los meses centrales del verano el termómetro sube por encima de los 30 grados y nuestro cuerpo lo nota y se resiente. Beber más agua en verano es, entonces, la solución más sensata para combatir el calor.
Hay muchas razones por las que deberíamos beber más agua en verano. En primer lugar, para reemplazar la cantidad de líquidos que eliminamos cada día como consecuencia del sudor, de la respiración y de la expulsión de la orina o las heces. Normalmente eliminamos alrededor de dos litros de líquido cada día. Esa es precisamente la cantidad de líquido que deberíamos tomar cada día, fundamentalmente bebiendo agua pero también a través de la alimentación.
Como consecuencia del calor la pérdida de líquidos es mayor, por lo que deberíamos beber más agua en verano. En la medida que perdamos más líquidos, nuestro propio cuerpo, mediante el mecanismo automático de la sed, nos solicitará beber más agua en verano. Fácilmente en esta época del año el consumo de agua se puede elevar incluso por encima de los tres litros. No obstante, esta cifra es aproximada, ya que no existe una cifra exacta sobre la cantidad de líquidos que una persona debe beber cada día.
Hay que beber más agua cuanto más suba el termómetro
Las consecuencias de no beber la cantidad suficiente de agua son muy negativas para nuestro organismo. Basta recordar que el agua es el componente fundamental del cuerpo humano. El 70% de nuestro cuerpo es esencialmente agua. Nuestros órganos vitales necesitan que bebamos agua para funcionar. Sin el agua los órganos no funcionan y perdemos facultades. Este es el principal motivo por el que deberíamos beber más agua en verano.
Es importante que nos mantengamos bien hidratados y para eso hay que beber más agua en verano. Por este motivo hay que ir bebiendo agua durante todo el día, y no esperar a tener sed para bebernos un vaso de agua, infusiones, etc. Si no bebemos agua, al margen de tener sed, ponemos en riesgo nuestra salud. La falta de hidratación está relacionada con el aumento de la fatiga, el dolor de cabeza, los problemas musculares, los calambres, los cambios de humor y la pérdida de concentración.
El agua es un regulador de la temperatura corporal
Además, el agua es un excelente regulador de la temperatura corporal y nos ayuda a mejorar el rendimiento físico. Si no bebemos agua las articulaciones no trabajan con la misma eficacia y podemos ser víctimas del conocido y temido golpe de calor. Los médicos señalan que el golpe de calor es un trastorno de la salud de carácter grave, que se produce cuando el cuerpo no disipa más calor del que absorbe. Si la temperatura corporal se sitúa por encima de los 40 grados, podemos tener lo que se conoce como golpe de calor. Las consecuencias pueden ser desde un simple desmayo hasta la muerte.
No obstante, un desmayo también puede tener consecuencias fatales. Seguro que más de una vez hemos visto que conductores de autobuses o transportistas siempre llevan una botella de agua para combatir la sed. Es importante que las personas que están al mando de un vehículo de transporte o que manejan maquinaria pesada estén bien hidratadas para evitar desmayos y golpes de calor, ya que en sus manos está la vida de otras personas.
Como ves, hay muchísimas razones por las que debes beber más agua en verano. Cuando decimos que el agua es fuente de vida no estamos exagerando en ningún momento. Tenemos que hidratarnos cada día para que nuestro cuerpo funcione. Una buena hidratación y un buen estado de salud empieza por disponer en tu domicilio de un buen suministro de agua sana, pura y equilibrada.