Es tarea de los padres enseñarles a los hijos los buenos hábitos de higiene personal, esenciales para su salud y bienestar.
Y como la misión puede resultar algo difícil y agotadora, debido a que durante la infancia y adolescencia los chicos tienden a olvidar las actividades del cuidado personal o verlas molestas o incómodas, los expertos en desarrollo infantil dicen que se debe ser consistente e instruir, especialmente, con el ejemplo desde temprana edad.
¿Cuáles son esos hábitos de buena higiene a inculcar?
Estos van desde cepillarse bien los dientes, por lo menos dos veces al día, hasta no compartir cubiertos ni alimentos. A continuación en JAPAC te damos a conocer algunos de los más importantes.
1. Una buena higiene oral
El doctor Ronald Plotka, destista de profesión y fundador de Mouth Watchers, dice que para una buena higiene oral, a los menores se les debe enseñar a:
No ingerir alimentos cargados de azúcar. Los menores tienen que aprender que los caramelos, los helados, galletas y pasteles cargados de azúcar deben ingerirse solo en ocasiones especiales y no a diario, ya que el azúcar alimenta a las bacterias que provocan caries.
Evitar las sodas. “El peor enemigo de sus dientes son las sodas”, señala el dentista. “Como padres, hay que evitar que los hijos consuman esas bebidas burbujeantes y azucaradas, ofreciéndoles alternativas como agua con sabor o jugos de frutas naturales sin endulzantes”.
Cepillarse a diario los dientes. Desde muy temprana edad se debe inculcarle al menor el hábito rutinario de lavarse los dientes, al menos dos veces al día (al acostarse y levantarse). Para ello se tiene en el mercado cepillos de dientes y pastas dentales para ser usadas de acuerdo con la edad. Este lavado de dientes debe incluir el uso de la seda dental y del enjuague bucal a la medida que el menor crece.
“La actividad debe ser divertida”, dice el Dr. Plotka. “Mientras se les enseña cómo lavarse bien los dientes se les puede cantar una canción u ofrecerles incentivos que los mantendrán entusiasmados hasta que adopten la rutina”.
2. Lavarse las manos con frecuencia y no compartir utensilios ni alimentos
El inculcarles el hábito de lavarse bien las manos, con agua y jabón, cada vez que van al baño o se sientan a cenar es vital para que se mantengan alejados de virus y bacterias que los enferman. Y de acuerdo con la Dra. Janeth Ceja, especializada en pediatría y vinculada a Kaiser Permanente Corona , California, ahora cuando los niños están ya por retornar a la escuela para un nuevo año escolar, este buen hábito se les debe recalcar.
“La temporada del regreso a la escuela marca también el comienzo de la temporada de la gripe y los resfriados”, recuerda la pediatra. “Así que resulta importante recalcarles éste y los demás hábitos de higiene, ya que es en la escuela donde los niños están más expuestos a los resfriados y a la gripe”.
Así que en este punto, la tarea de los padres es enseñarles a los niños estas medidas de higiene:
Lavarse las manos frecuentemente con jabón y agua.
Usar pañuelos desechables cada vez que tosan o estornuden.
Nunca meterse los dedos de las manos en la nariz, ojos o boca.
Estornudar en la parte interna del codo y taparse la boca al toser.
Nunca compartir cubiertos, vasos, sorbetes, bebidas, etc.
3. Unas uñas cortas y limpias
Las uñas son nidos perfectos para el cultivo de gérmenes y bacterias dañinas. Por ello es responsabilidad de los padres enseñarle a sus hijos a mantenerlas siempre limpias y corta, cortándoselas o cepillándoselas (con el cepillo de uñas) durante el lavado mañanero antes de salir de casa, hasta que ellos aprendan cómo hacerlo por sí solos.
Mientras se ejecuta la acción, se les debe explicar que el mugre que se acumula en las uñas puede transmitirles enfermedades cuando se llevan los dedos de las manos a los ojos, boca, nariz u oídos.
4. Baño diario
El baño diario es un hábito de higiene personal que se debe inculcar desde los primeros días de vida, ya que la piel (el organismo más grande del cuerpo) juega un papel importante en la protección o el contagio de las enfermedades cuando se mantiene limpia o sucia, respectivamente.
El menor debe aprender que con el baño diario —ya sea en la noche antes de ir a la cama o en la mañana antes de salir de casa— remueve del cuerpo el mugre, el polvo y los contaminantes ambientales que pueden contener gérmenes o bacterias que lo enferman.
5. Unos pies libres de mal olor
Al igual como se le enseña al menor a tener sus manos limpias, se le debe inculcar el hábito de cuidar de sus pies.
El buen hábito incluye el jabonarlos durante el baño diario y secarlos bien luego de haberse duchado para evitar que el agua acumulada entre los dedos sea una fuente para la formación de hongos. Además, se le debe crear el hábito de usar medias limpias a diario y cambiarlas cuanto antes cada vez que las tenga mojadas ya sea con agua o sudor.