Cuando no consume agua durante las jornadas laborales el cuerpo se deshidrata, lo que causa que disminuya el rendimiento físico e intelectual, cuesta trabajo concentrarse y se ven afectadas las habilidades cognitivas, es decir la atención, memoria, rapidez de respuesta y toma de decisiones.
Al estar deshidratados, el cuerpo se siente cansado y se siente inseguro, lo que puede provocar accidentes, por ejemplo, para personas que trabajan en la industria o en una construcción, al no estar hidratados ponen en riesgo su seguridad. También, si las labores están relacionada con cuestiones aritméticas, costará más trabajo resolverlas.
Es recomendable no permitir que te dé sed mientras trabajamos, ni durante nuestras actividades diarias. Cuando la pérdida de agua es mayor a su consumo, el cerebro envía un mensaje: la sensación de sed, sin embargo, para este momento, la deshidratación ya está presente (1%).
Es importante tener en cuenta que una deficiencia de agua lleva al ausentismo laboral, porque una persona que no está bien hidratada es más propensa a enfermarse y, por lo tanto a faltar al trabajo.
Tips para hidratarte mejor
Ten el agua a la vista.- Una de las recomendaciones para hidratarnos constantemente en el trabajo es llevar una botella de agua con nosotros, así será más fácil que al verla la estemos consumiendo.
Establece una rutina.- Para generar el hábito de beber agua durante la jornada laboral, establece ocho momentos u horarios. Esto te ayudará a saber que a esa hora debes tomar agua, por ejemplo si trabajas en una oficina, podrías hacerlo:
· Antes y al llegar a la oficina
· En el desayuno o almuerzo
· En cualquier descanso
· Al redactar o leer documentos y/o correos electrónicos
· Durante la comida
· En alguna junta (en vez de tomar café o cualquier otra bebida, mejor elegir agua)
· De regreso a casa
· Al convivir con la familia
Elige la que más te guste.- No toda el agua sabe igual, por lo que debemos elegir aquella cuyo sabor nos agrade.
¿Cuánta agua debo consumir?
Los requerimientos diarios de agua son individuales, es decir, la cantidad de líquido que debe beber cada persona, dependerá de diferentes factores: edad, peso, sexo, estado fisiológico, clima, actividad física, entre otros. Sin embargo las recomendaciones oficiales indican que un adulto debe consumir un mililitro por cada kilocaloría, es decir entre 750 y 2 mil mililitros al día.
Es importante mencionar que dependiendo de las características del trabajo que desarrollemos podemos requerir más o menos líquido, por ejemplo, oficios como bombero, en el que se usan trajes pesados, se realiza mucha actividad física y por lo general se está expuesto al calor, siempre se sudará más que en un trabajo de oficina.